La Alhambra de Granada, un lugar con mucha historia
El nombre Alhambra, al igual que muchas otras palabras que empiezan con Al,
tiene su origen arábico, el cual significa “castillo rojo” debido al color de sus muros y torres.
Situada en la parte alta de la colina La Sabika, frente a Albaicín y Alcazaba.
Su creación fue principalmente por motivos militares, pues cumplía la función de ciudad,
fortaleza y alcázar. No sería descabellado pensar que, dada su estratégica posición
al poder gobernar desde ahí toda la ciudad,
existieron construcciones pasadas antes de la llegada de los musulmanes.
Data la historia que en el siglo IX, el año 889 para ser más precisos,
Sawwar ben Hamdun decidió refugiarse en la Alcazaba que, según sabemos,
él mismo construyó, debido a las guerras civiles que se daban en ese entonces.
No sería hasta el siglo XIII, aunque la construcción existe desde el siglo IX,
donde se ocuparía la residencia real de La Alhambra con la llegada del primer monarca nazarí, .
Este fue el inicio de la época gloriosa para el lugar.
Fue la restauración del antiguo fuerte lo primero que se ordenó hacer,
luego se construyó la Torre de la Vela. La construcción del palacio y del lugar en general la continúo sus sucesores,
Mohamed II y Mohamed III. A este último se le reconoce la Mezquita sobre la que se levantó una iglesia a la que ahora conocemos como la de Santa María.
Yusuf I y Mohamed V fueron los encargados de construir la mayoría los atractivos
de La Alhambra que se conservan hasta la actualidad: la reforma de la Alcazaba, la Puerta de la Justicia, los Baños, la Sala de la Barca y hasta el Patio de los Leones.
De los reyes posteriores se conservan cosas ínfimas.
Ya en la época de los Reyes Cristianos, cuando ellos conquistaron Granada,
la Alhambra se convirtió en una corte cristiana. Lo único destacable, referente a su edificación en estos tiempos,
fue la demolición de una parte del lugar para que Carlos V construya un palacio con su nombre, las habitaciones del emperador y el Peinador de la Reina.
El lugar fue olvidado en el siglo XVIII y varios años del XIX, sus espacios se volvieron bares y vivienda para personas de mal vivir.
Las tropas napoleónicas convirtieron el palacio en cuarteles militares desde 1808 hasta 1812,
como si haber quedado en el olvido no fuera lo peor que podía pasar. Además, minaron sus torres, dejando así en ruinas la Torre de Agua y Torre de Siete Suelos.
Fue la revolución la que ayudó para que este estado de descuido terminara en 1870,
donde la Alhambra se desliga de la Corona y queda en poder del Estado para ser declarada luego como monumento nacional.
El cuidado de la Alhambra fue confiado en 1905 a una Comisión, la cual fue reemplazada por un Patronato en 1913.
Es ahora la comunidad autónoma de Andalucía la que vela por servicios y funciones en aspecto cultural.